Argentina con futuro demográfico crítico: más longevidad, menos nacimientos

EL PROBLEMA DE LOS JUBILADOS. Entre 1990 y 2025, los mayores de 85 años crecieron 1.300%, mientras que los nacimientos se redujeron a la mitad.

"EN 2050, MÁS DE 1.600 MILLO­NES DE PERSO­NAS TENDRÁN MÁS DE 65 AÑOS. NOS DIRIGIMOS HACIA UN PLANE­TA DE VIEJOS".

Diputados aprobó un au­mento del 7,2% de las jubi­laciones, una suba del bono a $110 mil y la restitución de la moratoria. Si bien desde la Casa Rosada anticiparon que vetarán la ley, de ser aprobada por el Senado, es un mínimo aliciente para el gran número de argentinos que está en etapa de jubileo y se encuentra bajo la línea de pobreza cuando no de indigencia. El que se refirió a la problemática de los ju­bilados en los últimos días, tanto en el Congreso de la Nación como en los medios de comunicación, es el dipu­tado nacional Ricardo López Murphy. Específicamente dijo que "el problema deter­minante es la expectativa de vida. Tiene que haber cierta equivalencia entre los años de aporte y los años de re­tiro".

"El problema determi­nante -dijo, para explicar su afirmación anterior- es la expectativa de vida que, si bien no solo es una realidad nacional sino mundial, en Argentina trae serios proble­mas. La población entre 1990 y 2025 creció 30% mientras que el número de argentinos mayores de 85 años creció un 1.300%. La tasa de naci­miento bajó de 800.000 a 400.000. Entonces, vamos a un problema monumen­tal hacia adelante, se alar­gó mucho la expectativa de vida y cayó dramáticamente la tasa de natalidad", detalló.

En este sentido, la inter­ventora del Centro de Ju­bilados y Pensionados de Corrientes sostuvo, en sin­tonía con lo que explicaba el legislador nacional, que "vivimos en una época en la que el mundo se transforma silenciosamente: las perso­nas viven más tiempo y na­cen menos niños. Este cam­bio demográfico, que parece abstracto, ya está afectando nuestras sociedades. En 2050, más de 1.600 millones de personas tendrán más de 65 años. Nos dirigimos hacia un planeta de viejos", advierte Julia Fernández, interventora del Centro de Jubilados y Pensionados de Corrientes. Ante esta rea­lidad, plantea con claridad una necesidad urgente: pensar en políticas públicas activas y sostenidas para las personas mayores, no desde la asistencia, sino desde la participación, la prevención y el respeto.

"Durante años se pensó que una persona mayor te­nía que retirarse a la pasivi­dad. Pero hoy, a los 60, mu­chas personas tienen ener­gía, experiencia y ganas de seguir aportando", señala. En estos casi ocho años de gestión, incorporó talleres de gimnasia, literatura, yoga, nutrición, asesoría legal y atención médica, activida­des que estimulan tanto el cuerpo como la mente. "Te­nemos que darle de comer al alma", repite con convicción. Las tradicionales "tertulias de los viernes", charlas con historiadores, psicólogos o médicos, son parte de ese enfoque integral, donde la vejez es vista como una eta­pa activa y valiosa.

Entre sus principales propuestas de futuro, Fer­nández insiste en repensar la inclusión laboral de las personas mayores. "En otros países ya se contrata a ma­yores de 60 en puestos con horarios flexibles. Hice una encuesta en el Centro y la mayoría dice que le gustaría seguir trabajando, porque cuando cumplís 60 te des­echan", cuenta con crudeza. 

La interventora, a raíz de su experiencia, está conven­cida de que hay que pensar en la reinserción social pero también laboral de las per­sonas mayores y darles la oportunidad como un ser activo, no como un límite. "Las personas mayores vie­nen con responsabilidad, cumplimiento, respeto. Solo hay que acoplarlas a la diná­mica actual", asegura.

También plantea la nece­sidad de la vivienda propia. "La puede obtener con una ayuda inicial del Estado y luego formar un fideicomiso que sea autosustentable, así podrían tener una vejez dig­na", finalizó Fernández. 

La advertencia que dio un diputado

Este miércoles la Cámara de Dipu­tados dio un paso clave al aprobar con media sanción un proyecto que contempla un aumento del 7,2% en las jubilaciones y eleva el bono men­sual que reciben los adultos mayores con haberes mínimos, llevándolo de $70.000 a $110.000. La iniciativa, que obtuvo 142 votos afirmativos, ahora deberá ser debatida en el Senado. 

Durante la sesión, el diputado na­cional Ricardo López Murphy aportó una mirada estructural sobre el siste­ma previsional argentino, centrando su intervención en los desafíos que plantea el actual cambio demográfico. 

Según explicó, "el sistema previsio­nal que tenemos requiere parámetros demográficos específicos, como una relación razonable entre expectativa de vida, tasa de natalidad y propor­ción de personas activas respecto a jubiladas". Advirtió que si esa ecua­ción se desbalancea, el sistema entra en crisis. 

"Tiene que haber cierta equivalen­cia entre los años de aporte y los años de retiro, o bien, la población debería crecer a un ritmo extraordinario, lo cual hoy no ocurre", subrayó. En ese sentido, y al ser consultado sobre el impacto del incremento del 7,2%, Ló­pez Murphy fue contundente: "No es­tuve de acuerdo. Creo que el Gobierno comete un error al no plantear una reforma integral del régimen previ­sional, así como también del régimen de discapacidad y el de accidentes laborales, donde tenemos problemas estructurales muy graves". Para el le­gislador, sin cambios profundos, las medidas actuales resultan insuficien­tes frente a un sistema que, según su diagnóstico, se encuentra al borde del colapso por razones demográficas y de sostenibilidad financiera.

La situación ahora se resolverá en el Senado de la Nación.

El compromiso del Centro se materializa también en obras con­cretas. El gran anhelo de Julia -que estuvo en trámite durante más de cuatro décadas- fi­nalmente está a punto de hacerse realidad: la sede del Centro en la ciudad de Ituzaingó. "Hace 46 años que se pedía ese terreno. Se había conseguido uno, pero lo usurparon. Cuando llegué, volvi­mos a gestionar y por suerte, con la ayuda del Gobernador y de Juan Pablo Valdés, lo logramos", relata emo­cionada.