
Planeta. En 2023 el agujero sobre la Antártida fue uno de los más grandes registrados, mientras que en 2024 fue de los más pequeños, indicando una tendencia positiva.
Tras décadas de deterioro, la capa de ozono, esa fina franja de la atmósfera a unos 25 kilómetros de altura y que protege la vida en la Tierra de los rayos del sol, se encuentra en “proceso de recuperación”, aunque aún tardará medio siglo en volver a niveles previos a 1980, según explicó Alberto Redondas, científico del observatorio atmosférico de Aemet en Izaña (Tenerife), en el archipiélago español de Canarias.
El cumplimiento de acuerdos internacionales fue crucial para evitar retrocesos en un problema que se concentra en el polo sur, sobre la Antártida, y en menor medida en el polo norte y que hace décadas parecía “inabordable”, explicó Redondas en una entrevista con EFE, con motivo del Día Mundial del Ozono, que este año lleva como lema “De la ciencia a la acción global”.
Es necesario “seguir vigilando” porque las amenazas no terminan: fenómenos como grandes erupciones volcánicas, incendios forestales masivos o incluso la entrada de basura espacial en la atmósfera pueden dañar este escudo invisible, que hace posible la vida, incide el experto.
Además, dicha recuperación sufre variaciones de un año a otro. Por ejemplo, en 2023 el agujero sobre la Antártida fue uno de los más grandes registrados, mientras que en 2024 fue de los más pequeños, indicando una tendencia positiva hacia la recuperación de la capa de ozono. En 2025 el agujero está en valores cercanos a la media.