
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) difundió un informe que confirma una recuperación sostenida de la capa de ozono, la barrera natural que protege al planeta de la radiación ultravioleta.
La capa de ozono que protege la Tierra se está recuperando y el agujero de la capa en 2024 fue más pequeño que en años recientes, informó una agencia meteorológica de la ONU en un informe publicado el martes.
El bajo nivel de agotamiento del ozono observado en 2024 se debió en parte a factores atmosféricos naturales que provocan fluctuaciones de un año a otro. Sin embargo, la tendencia positiva a largo plazo refleja el éxito de la acción internacional concertada, según señaló el Boletín sobre el Ozono de la Organización Meteorológica Mundial.
El informe, que ofrece alentadoras noticias científicas tanto para la salud humana como para la del planeta, fue emitido para conmemorar el Día Mundial del Ozono, celebrado el martes, y el 40º aniversario de la Convención de Viena, que reconoció el agotamiento del ozono estratosférico como un problema global y proporcionó el marco para movilizar la cooperación internacional en investigación, observaciones sistemáticas y evaluaciones científicas.
"Hace cuarenta años, las naciones se unieron para dar el primer paso en la protección de la capa de ozono, guiadas por la ciencia y unidas en la acción", dijo el secretario general de la ONU, António Guterres.
"La Convención de Viena y su Protocolo de Montreal se convirtieron en un hito del éxito multilateral. Hoy, la capa de ozono se está recuperando. Este logro nos recuerda que cuando las naciones escuchan las advertencias de la ciencia, el progreso es posible", afirmó.
Hasta la fecha el Protocolo de Montreal ha llevado a la eliminación de más del 99 por ciento de la producción y consumo de sustancias controladas que agotan la capa de ozono, utilizadas en refrigeración, aire acondicionado, espumas contra incendios e incluso lacas para el cabello.
Como resultado, la capa de ozono está en camino de recuperarse a los niveles de la década de 1980 hacia mediados de este siglo, lo que reducirá significativamente los riesgos de cáncer de piel, cataratas y daños a los ecosistemas debido a la exposición excesiva a los rayos UV.