

A QUÉ HORA OBSERVARLA. Con la caída del Sol, el firmamento ofrecerá un espectáculo poco frecuente: la superluna más luminosa del 2025. Cómo disfrutar ambos fenómenos
La noche de hoy, 5 de noviembre, promete una experiencia única para observadores del cielo, curiosos y amantes de la astronomía.
En esa fecha, la conocida “Luna Llena del Castor” alcanzará su punto más brillante y más cercano a la Tierra en 2025, lo que la convertirá en la superluna más destacada del año.
Pero el fenómeno no llega solo: su presencia coincidirá con el máximo de actividad de varias lluvias de meteoros, entre ellas las Táuridas del Sur y, días más adelante, las Leónidas, que forman parte del calendario astronómico más esperado del mes.
Esta combinación no aparece con frecuencia y permite reconstruir, a través de la observación directa, el modo en que se relacionan los cuerpos celestes que orbitan en nuestro entorno.

A qué hora ver la Superluna de noviembre
La superluna de noviembre representa la segunda de una serie de tres superlunas consecutivas durante el año. Su aproximación será la más estrecha de la secuencia, lo que explica por qué recibe tanta atención.
Para quienes observen desde Argentina, el momento de máximo brillo ocurrirá alrededor de las 21:20 del miércoles (00.20 GMT del jueves), cuando la Luna se encuentre en una posición favorable para la vista directa. Aunque la ilusión óptica hace que la luna parezca más grande cerca del horizonte, el efecto depende más de la percepción humana que del tamaño real del disco lunar. La verdadera modificación detectable se relaciona con la intensidad de la luz reflejada.
Una lluvia de meteoros que acompaña el espectáculo
La superluna compartirá protagonismo con la lluvia de meteoros Táuridas del Sur, conocida por presentar meteoros lentos y ocasionalmente brillantes. Según explicó el coordinador de informes de bólidos de la Sociedad Meteorológica Estadounidense, “Pero siempre que esté oscuro durante ese período (de octubre a principios de noviembre), se podrán observar estos meteoros lentos provenientes de la constelación de Aries en octubre y de las Táuridas en noviembre”, informa la entidad.
Las Táuridas provienen de los restos dejados por el cometa 2P/Encke, que completa su órbita alrededor del Sol en poco más de tres años. En ocasiones, esta lluvia genera bólidos, fragmentos más grandes que se encienden intensamente al ingresar en la atmósfera. «El encuentro con las Táuridas de este año es especial porque se prevé que encontremos material nuevo, un poco más grande que el meteoro típico de las Táuridas. Y estos tienden a causar bólidos».
Aunque la luz de la superluna podría dificultar la visión de meteoros más débiles, los bólidos cuentan con la potencia necesaria para destacar incluso en un cielo parcialmente iluminado. La clave estará en la paciencia y la ubicación. El mejor momento para observar suele ubicarse después de la medianoche, cuando la rotación terrestre orienta al observador hacia el flujo de partículas que ingresan a la atmósfera.


