La clase media retrocede: seis de cada diez argentinos trabajan para subsistir

A CRISIS SILENCIOSA EN LOS HOGARES ARGENTINOS. Un informe revela que las familias se ven obligadas a ajustar su consumo en los últimos meses, pero los sectores medios se perciben en declive.

La percepción sobre el trabajo y el consumo entre los argentinos de clase media muestra señales de malestar económico. En la actualidad, 6 de cada 10 ciudadanos de ese segmento social consideran que su empleo solo les permite subsistir pero no crecer económicamente.Así se desprende de un informe de la Fundación Pensar. Dicha situación se enmarca en transformaciones durante el segundo semestre del año, donde los hábitos de consumo cambiaron drásticamente. "Algo ocurrió a mitad de año". El informe analiza cómo la clase media argentina, históricamente emblema de cohesión y movilidad social, atraviesa un proceso de transformación profunda, en un contexto de incertidumbre económica y cambio cultural acelerado. El estudio describe a una clase media que, aunque conserva su capacidad de resiliencia, enfrenta una erosión sostenida de su poder adquisitivo y de su confianza en el futuro. Más de la mitad de los argentinos (55%) cree que la clase media se está achicando, y 6 de cada 10 afirman que su trabajo solo les permite "subsistir, pero no progresar". Aun así, el trabajo, la educación y la estabilidad familiar continúan siendo los pilares que sostienen su identidad, más allá de los ingresos y las condiciones materiales

EN RETROCESO

El informe destaca cómo el consumo, históricamente asociado al bienestar y a la idea de progreso, se volvió hoy un espacio de tensión y sacrificio.

Según los datos, 63% de los argentinos tuvieron que resignar consumos o actividades habituales, priorizando gastos esenciales como la educación y la salud. El fenómeno del "consumidor sacrificial" sustituye así al del "consumidor aspiracional", marcando un cambio de época. De acuerdo a la Fundación Pensar, el 55% de los argentinos considera que la clase media se está achicando, mientras solo dos de cada diez creen que crece y otros dos que se mantiene.

Además, dos tercios del país se perciben en el último escalón de esa franja social o fuera de ella: el 34% se ubica en la clase media baja y otro 34% en la clase baja alta. Entre los bienes y servicios que más se resisten a abandonar, la cobertura médica privada encabeza la lista con un 28%.

Quienes se perciben de clase media y afirman haber resignado consumos recortaron principalmente actividades relativas al ocio general (57%), también compra de indumentaria (38%), y en un tercer grupo, consumo de primeras marcas (26%), plataformas de contenidos (23%) y vacaciones (19%). El informe destaca que "las tarjetas de crédito, en los segmentos altos y medio altos, "están al límite", y en los medios bajos, "detonadas".

"No es casual que la mora crezca. Acorde a lo que dice el sistema financiero, se aproxima a cruzar el umbral de los dos dígitos". Vale mencionar que en Argentina, para ser considerado de clase media, los ingresos deben ser de entre $2.000.000 y $6.500.000. Esto representa aproximadamente entre 2 y 5 canastas básicas totales. Con base en estos datos, 7 millones de hogares argentinos son de clase media, 8 millones de clase baja y menos de 1 millón de clase alta. Pero 29 millones de argentinos se consideran de clase media mientras que 20 millones corresponden a esa categoría según sus ingresos. De todos modos, cada vez son menos los argentinos que se identifican como "clase media".

Hace 20 años, 9 de cada 10 argentinos se identificaban como de clase media.

En la actualidad, ese número se redujo a menos de 5 de cada 10. Al mismo tiempo, el 41% de los argentinos siente que su situación económica es peor que la de sus padres. Solo el 27% considera que es igual y otro 27% que es mejor. Así, la sensación de retroceso atraviesa a un sector que históricamente se definió por mirar hacia adelante. Vinculados a ellos, 4 de cada 10 argentinos de clase media alcanzaron un mayor nivel educativo que sus padres, pero no perciben ascenso social.

"Los argentinos estamos esperando la carroza: que el mito fundante de nuestra nación vuelva a ser realidad, la educación y el trabajo como pilares de la movilidad social ascendente", concluye el informe. A pesar de ello, el estudio muestra que la clase media argentina resiste y se reinventa, defendiendo sus símbolos de pertenencia -la educación, el trabajo y la vivienda- como últimos bastiones de identidad colectiva.