Sacerdote argentino herido en un ataque de Israel en Gaza

La Iglesia de la Sagrada Familia, la parroquia católica de la Franja, que alberga en su interior a numerosos desplazados por el conflicto, fue atacada por el Ejército israelí. El sacerdote argentino Gabriel Romanelli resultó levemente herido

Israel bombardeó este jueves la única iglesia católica de Gaza, que lidera el cura argentino Gabriel Romanelli, en un ataque que dejó y causó dos muertos y seis heridos, entre ellos el padre Romanelli.

El Patriarca Latino de Jerusalén, el cardenal Pierbattista Pizzaballa, aseguró que el ataque perpetrado este jueves por Israel contra la parroquia de la Sagrada Familia de Gaza, se ha saldado con dos muertos y 6 heridos, uno de ellos el padre Romanelli, que se hizo popular por las llamadas diarias del papa Francisco.

"Ataque a la parroquia latina de la Sagrada Familia en Gaza. Dos muertos y seis heridos, dos de ellos graves", indicó Pizzaballa a la agencia de la Conferencia Episcopal italiana (SIR). El cardenal confirmó además que resultó "herido leve el párroco, padre Gabriel Romanelli, que se encuentra hospitalizado", según SIR.

 

 

 

El párroco argentino Romanelli se había hecho popular en Italia por las llamadas diarias de su compatriota Francisco para expresar su solidaridad con los habitantes de la Franja. El sacerdote, de origen argentino, lidera la única comunidad católica de la Franja. Lleva meses pidiendo un alto al fuego y ayuda a la población.

Herido en la pierna, pero lúcido. El padre Gabriel Romanelli, párroco de la Sagrada Familia, la parroquia latina del casco antiguo de la ciudad de Gaza, fue alcanzado durante una redada del gobierno israelí en el monasterio que ha brindado refugio a la población cristiana y a familias enteras en dificultades desde el comienzo de la guerra.

Su celular no para de sonar. De hecho, mucha gente intenta contactarlo para obtener noticias. El párroco no se ha contenido a lo largo de los años. Ha hecho todo lo posible por regresar a Gaza y estar con la población.

Fue en Belén aquel terrible 7 de octubre que marcó no sólo una terrible masacre de cerca de mil personas a costa de los israelíes, sino también el inicio de una guerra que, entre los palestinos, alcanzó el triste saldo de 58.000 muertos, en su mayoría mujeres y niños.

Durante varias semanas, no pudo regresar para consolar a sus feligreses, pero mantuvo una estrecha comunicación con el padre Yusuf, su párroco adjunto. Luego regresó y compartió las dificultades que enfrentaba toda la población.

A principios de mayo, cuando estábamos en Tierra Santa, confirmó la durísima situación: los víveres escaseaban, la harina se cernía varias veces para eliminar los gusanos , el agua se volvía potable pero verde, y las alarmas eran constantes. Pero la voz del padre Romanelli siempre tiene un tono positivo.

Las campanas repican para dar ánimo al mismo tiempo que la llamada del papa Francisco, las actividades con los niños para aliviar el peso de la guerra, la oración que alimenta la esperanza. Y su negativa a rendirse ante el mal y la guerra a pesar de lo que él, incluso en los últimos días, ha llamado "una situación desastrosa". 

Argentino de origen italiano, miembro del Instituto del Verbo Encarnado, a pesar de todo sigue inspirando coraje, informando a otros de su difícil situación, sembrando paz y actuando como puente para que las noticias de lo que sucede en la Franja les lleguen y la comunidad internacional pueda intervenir para poner fin a la carnicería.